La ideología comporta una determinada sensibilidad (y viceversa); y la sensibilidad dice mucho cuando se trata de un proyecto dramático o poético en general.
Creo que en el mundo hay algo misterioso y que hay que estar atentos a ese misterio. De ahí la actitud de cuestionarse las cosas. Llame a eso como quiera, pero no soy creyente. Soy arreligioso. La religión es una ideología y toda ideología es falsa.
Si no te agarras a ningún concepto, cosa o ideología, te será fácil descubrir dónde están la verdad y la realidad.
Tu acción debe venir de tu sensibilidad, y no de tu ideología. Las matanzas, las injusticias y las guerras provienen de la ideología que ciega a uno a la realidad y lo endurece.
La apropiación fraudulenta de nuestra Historia por parte de las ideologías políticas ha llevado a envilecer cualquier mención a ella.
No tenía ninguna ideología política real. Era una manera de poder ir a mi aire.
Nada se parece más al pensamiento mítico que la ideología política.
La ideología es importante porque empuja a buscar el sentido, pero está equivocada y no se lo da. La búsqueda del sentido es muy fuerte, y éste es el aspecto positivo. La ideología es, sin embargo, el barco que se hunde. Pero el viaje sigue siendo verdadero. Es como viajar por el mar en busca del sentido de la vida y de la historia, en un barco que no puede llegar.
Siento la tentación constante de humanizar. La ideología reduce, no da cuenta de la complejidad de los seres humanos.
Las ideologías nos separan, los sueños y la angustia nos unen.
Yo no creo en ideologías. Creo en los hombres. En el hombre concreto que actúa así o asá.
Una ideología difiere de una simple opinión en que afirma poseer, o bien la clave de la historia, o bien la solución de todos los "enigmas del universo" o el íntimo conocimiento de las leyes universales ocultas de las que se supone que gobiernan a la naturaleza y al hombre.
El nacionalismo es una ideología -explico, endureciendo un poco la voz, como si le molestara tener que aclarar lo obvio-. Nefasta a mi juicio. El independentismo es sólo una posibilidad. Como es una creencia, y sobre las creencias no se discute, sobre el nacionalismo no se puede discutir; sobre el independentismo sí.
Esta ideología está en todas partes: vuestros programas de testimonios, vuestros locutores de radio animando a la gente a llamar y gimotear, a refunfuñar y hurgar en sus pequeñas heridas. Sois un país tan joven e infantil que cree que uno puede comprender mejor las heridas del pasado regodeándose en ellas y analizando sus causas. No sabéis lo suficiente para comprender que la única manera de curar una herida es dejarla en paz. Dejar tranquilos a los perros dormidos, como se dice, en lugar de darles patadas con entusiasmo como hacéis.
El maestro que es sincero protegerá a los discípulos y les ayudará por todos los medios posibles a crecer hacia la verdadera clase de libertad; pero le será imposible hacer esto si él mismo está aferrado a una ideología, si es en alguna forma dogmático o egoísta.
Su ideología era sencilla: el gobierno por encima de los negocios, el individuo por encima del gobierno, el medio ambiente por encima de todo lo demás. Y en cuanto a los indios, entregarles todo lo que quisieran.
Todas las ideas que están transformando la enseñanza en el mundo han brotado en el fecundo campo de experimentación y de creación de la escuela primaria. Las escuelas normales constituyen en todas partes el hogar natural de la nueva ideología pedagógica.
(...) Viviendo en este país, sientes el peso de las ideologías. Aquí o eres de unos o eres de otros, o no tienes nada que hacer, y, claro, la historia no la cuentan igual desde todos los lados.
Toda ideología interpela a los individuos concretos como sujetos concretos, por el funcionamiento de la categoría de sujeto.
La ideología no tiene historia, lo cual no quiere decir en absoluto que no tenga historia (al contrario, puesto que no es más que el pálido reflejo, vacío e invertido, de la historia real), sino que no tiene historia propia.