Las almas no se vendían al Diablo, sino al Contable o al Cómitre.
Vender tu alma es la cosa más fácil del mundo. Eso lo hacen todas las personas en todas las horas de su vida. Si te pidiese que conservaras tu alma, comprenderías que eso ya es mucho más difícil.
¿Sabe la clase de persona que se necesita ser para llegar a presidente? No son normales. Empiezan bien, pero cuando llegan a ese nivel venden el alma al diablo y aplastan a tanta gente que acaban por no parecerse en nada a usted y a mí, ni por los pelos.
Vendió su alma al diablo... Pero estaba dotado de una sonrisa de aspecto celestial.
Hay que recordar que el diablo tiene sus milagros, también.
Cuando Dios construye una iglesia, el diablo construye una capilla.
La trampa del demonio no te hará caer, a menos que ya estés mordiendo el anzuelo del diablo.